domingo, 18 de octubre de 2009
viernes, 16 de octubre de 2009
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Entrevista a Doña Roberta, vecina de A. Tepepan e integrante de Vida Digna |
DOÑA ROBERTA: Me gusta mi tiempo, me gusta crecer, porque mi etapa de hijos ya acabó, entonces yo voy mucho a la iglesia, leo la biblia, tengo cursos; curso que yo necesito curso que me meto. El curso de hidroponia si me gusta porque yo soy hija de campesinos y me gusta, mi papá sembraba café plátano, son campesinos los que siembran en la región, entonces la hidroponia me gusta igual, porque así no tiro la basura, ya que la misma basura me sirve para sembrar y es más sano y más saludable. Luego desde mi ventana veo mis hortalizas, me gusta tenerlas aquí abajo, porque yo las puedo tener allá arriba pero, me gusta verlas y cuidarlas, las veo tres veces al día, las riego, las siento parte de mí, me encariño con ellas y por eso las quiero tener aquí cerca.
Eso me gusta porque a mis nietos les enseño cosas, porque sus papás no tienen tiempo de llevarlos a cursos o talleres, entonces yo los llevo y les gusta ¡algo les ha de servir y algo se les ha de quedar!.
Las salidas que se han hecho también me gustan porque te despejas de la ciudad, por ejemplo ahora que fuimos a Chiapas, ves diferentes cosas, diferentes culturas, diferente educación, diferente aspecto que tienen las personas. A mí me encanto San Juan Chamula, pero lo que más me encantó son las mujeres, pobrecitas, no en el mal sentido, me refiero que sufren mucho, que cargan al hijo, a que ven los animales, que tienen que atender al marido para darle la ropa, y todavía tienen que utilizar su tiempo cuando les toca guardia y ¡pobres mujeres han de terminar! Yo duermo un rato en la tarde, no siempre pero descanso, pero esas pobres mujeres, a lo mejor muchas no tienen ni tele, tienen muchas carestías, que está bien, esas carencias que tienen ésta bien porque no les quita el tiempo eso de ver tele o oír radio, ese tiempo lo invierten en los animales, en tejer, hilar, en ir a vender, pobres mujeres trabajan mucho como para estarles regateando en su labor que hacen, porque si quieren 70 pesos, 70 pesos se les paga y hasta eso está mal pagado por la labor que hacen y yo pienso que a la larga, nosotros no vamos a tener que comer, y ellas sí, porque ellas tienen la tierra y ellas van a sembrar algo y se les va a dar. Tu por ejemplo, ustedes tienen estudios, yo no los tengo, ya voy de salida, pero la nueva generación estudió para tener dinero y comer pero que va a comprar si no a haber que, tal vez tenga dinero pero no habrá que, de esto no estoy hablando ni de Olga ni de Paco (hijos de Doña Roberta) estoy hablando de los nietos de Odón (un vecino), al rato tantos que somos, y ¿va a haber agua?, eso me preocupa, y en cambio los que tienen tierras, los que tienen manantiales, los que tienen arroyos, como la Coca que anda comprando yacimientos, y ellos van a tener que beber, van a tener que comer, en cambio los de la ciudad no van a tener, van a tener dinero pero si todo viene del campesino, cómo, ni modo que coman dinero. Va haber mucha tecnología, más de la que ya tenemos , pero ¿con qué?, vamos a tener dinero pero quién sabe si tengan su papa o quién sabe si tengan unos quelites.
Eso es lo que a mí me preocupa, yo les digo a los niños cuiden el agua, y ellos dicen ¡qué se va a terminar si hay mucha! pues sí pero no la vas a poder beber, yo creo que oyen las noticias y dicen que ya la están destilando y purificando, dicen, ¡sí vamos a tener mucha agua!, pero eso está en proyectos, de aquí hasta que eso sea…. Y no va a estar como la que nace natural como la que tenemos aquí en Xochimilco que tenemos un agua bien buena y en otros lados…
Yo me pongo a pensar, cuando Olga empezó a trabajar su primer trabajo fue vender agua Santa maría, el agua Santa María como que es un amigo o un socio de la Coca y se los llevaron a un manantial de Puebla o bueno no recuerdo, y me dijo un día, mamá es que nos van a llevar a unos manantiales y las llevaron a los manantiales y pues me puse a pensar y entonces ellos compraron ese yacimiento de agua que está por Puebla y les dijeron que de ahí traían el agua, para venderles un agua con minerales naturales, entonces ellas tenían que dar esa información, vender el agua con esa información. Y bueno, entonces ella me contó todo lo que le habían dicho, pero yo no sabía muchas cosas, y ese día que fuimos a Chiapas (paseo organizado por los vecinos de Ampliación) alguien dijo que la Coca quería comprar un nacimiento de agua y que los nativos no se lo permitieron, entonces me acordé de lo que había pasado con Olga, de su trabajo, y que ellos lo compraron, entonces la Santa María que estaba respaldada por la Nestlé que es un producto de Suiza o de Alemania pero ya se separó, el agua Santa María ahora ya es solo Santa María, entonces de ahí me acordé que estos nativos no le quisieron vender y yo dije que bueno que hicieron eso, todo lo que escuche se me quedó bien marcado, en ese viaje, porque ahí comprobé que si es cierto, el otro día pasaron ustedes un programa en donde decían que los grandes industriales están vendiendo el agua a ocho pesos el litro de agua, en Canadá o algo así, entonces vino a mi mente y entonces no sólo es el viaje de ir a ver si no que te queda un crecimiento, de ver las riquezas de tu pueblo de tu patria y ver el saqueo que hacen las empresas.
Pero por ejemplo ustedes que andan haciendo esto, y que no reciben ni un salario, y que están luchando o bien que están abriendo los ojos a las personas como nosotros, yo pienso que su trabajo va a dar frutos a futuro, no se va quedar así, esto no es de un año, dos años, esto es creo como para unos cinco años, pero va haber frutos, es como lo que yo siembro germina y se cosecha, yo creo que ustedes así lo van a ver después, ahorita va muy despacio pero creo que más a futuro si va a tener, como decirlo, un brote que va a germinar, porque fíjate, yo entro a las tiendas y la leche está a 20 pesos la orgánica como 21 pesos un litro de leche y te dicen que es lo que las vacas comen y cosas así pero ve tu a saber si es cierto, que la leche está muy buena y que es orgánica si está a 20 pesos ¿quiénes la van a poder consumir?, son 20 pesos, a lo mejor si la podría comprar pero no la compro, se me hace cara, hoy muchos productos están caros.
ENTREVISTADOR: no cree usted que es porque parece que lo importante es tener dinero y con eso se puede tener todo, pero eso es lo que nos dicen, pero en realidad aquí estamos viendo, no sé que opine, que todo eso, como los productos orgánicos son los productos limpios, libres de pesticidas, más naturales y sanos y que esos productos los podemos tener nosotros si los cultivamos y no es caro, no tenemos que ir a una tienda de esas que son muy caras como Green Corner u otras marcas que venden los jitomates orgánicos y una infinidad de productos que son orgánicos.
DOÑA ROBERTA: tenemos que saber que es fácil tenerlos en casa solo que hay que proponérselo, por ejemplo unos muchachos que trabajan con Paco () ellos se van a trabajar por temporada a Estados Unidos y a algunos los han deportado, y él me regalo una tijera, porque él cultivaba uva y me regalo una tijera con la que podaba y el otro estaba en el rancho y un día vino y me dijo hay que bonitos están sus chiles y me pregunta ¿esto se dará allá en el rancho? Yo le dije que sí y él me respondió, fíjese que con el pesticida y con los fertilizantes aunque esté la cosecha bien no se puede dar el chile, ellos lo saben porque ellos se lo echan a la caña para que la hierba se muera, entonces el fertilizante ayuda a una cosa pero afecta otras, y yo le dije que sí lo podía sembrar, pero dice que a veces el mismo polvo que contiene fertilizantes afecta la cosecha y eso pasa con el frijol y con el chile.
ENTREVISTADOR: Imagine entonces lo que pasará con las personas que están respirando eso, probablemente sea toxico para las personas.
DOÑA ROBERTA: Sí, sí es toxico porque se ponen cubre bocas y luego tienen que tomarse un litro de leche, el campesino que tiene leche, se toma la leche, y el que no, toma agua de limón. Pero hay muchos que riegan fertilizantes. Por ejemplo…. en la familia de mi papá a veces cuando sembraban regaban pesticidas y se ponían su pañuelo porque no tenían cubre bocas y se ponían otro pañuelo encima y también un sombrero porque afecta a los ojos. En ese mismo llegaban con sus manojos de quelites, a mi me gustan mucho los quelites, así como aquí que ves que salen los quelites blancos, allá salía la hierba mora, con pesticida, y ese es el alimento del campesino, a mí me chocaba antes cuando mi papá llegaba con sus hierba moras y nos decía “órale coman hierba moras, y mi mamá nos hacía las hierba moras, nos las comíamos en tacos, pero éramos chamacas y decíamos “hay yo no quiero esos quelites, no me gustan” ahora que vivo aquí el doctor me dijo que ya no comiera tanta carne por el colesterol, y ahora debo de comer verduras, uy pero ya no se dan los quelites por el herbicida.
Una vez vimos una película sobre los productos químicos y todo eso, me acordé de lo que está pasando….
ENTREVISTADOR: Si solo imagínese es solo un documental que hacen en Estados Unidos, que hacen en otros lados, ese documental hablaba de Mon Santo, en donde se hacen una serie de documentales que hablan sobre eso y que podría parecer muy lejano lo que sucede, pero usted me está diciendo que conoce a campesinos que trabajan la tierra y que se encuentran con esto, entonces el video muestra la realidad algo que está pasando en otros lugares y que usted está viendo que es cierto.
DOÑA ROBERTA: Cuando voy a Guadalajara me voy en avión, y cuando me fui en camión me puse a ver los sembradíos de los que nos habló Paco y Sara nos habló de sembradíos, de que hay algunos que tienen seña, seña de semillas orgánicas y otras semillas que son transgénicos y sí vi eso, estaban marcadas, tenían esa seña de la que hablaban, y eso es importante, si yo no lo hubiera escuchado en los talleres...
ENTREVISTADOR: Lo interesante es saber cómo es que ha cambiado su vida con las actividades que realiza con sus vecinos, para aprender, conocer y también hacer lo posible para compartir eso con sus nietas. ¿Entonces ha cambiado su vida?
DOÑA ROBERTA: Yo creo que sí, mi vida ha cambiado
ENTREVISTADOR: A partir de cuando usted comienza a trabajar con los vecinos?
DOÑA ROBERTA: Tienen un año, un poco más
ENTREVISTADOR: ¿Cree que la colonia ha cambiado a nivel general, está cambiando la calle, los vecinos ?
DOÑA ROBERTA: No lo sé, pero cuando platico con otras compañeras, las escucho muy entusiasmadas, en los cursos a ellas no solo les enseñan hidroponia, les están enseñando y complementando el curso con información importante, como el proceso de la composta, que no solo la composta es importante y que así como cambia el proceso de la composta tiene que cambiar el niño, es decir la composta ayuda a germinar un huerto una planta, así la mamá y el hijo tienen que germinar amor, cariño, comprensión para que los hijos sean mejores, hasta a veces el papá del niño se acerca al taller y se entera de cosas que a lo mejor antes solo la madre se encargaba.
ENTREVISTADOR: ¿Para empezar a trabajar en los talleres como fue, cómo se enteró?
DOÑA ROBERTA: Yo me entere por los vecinos, tú tenías un letrero en tu casa y me interesó.
ENTREVISTADOR: ¿Qué es lo más que más le gusta de los talleres?
DOÑA ROBERTA: La convivencia y que aprendo, no solo aprendes a cultivar, aprendes a ser mejor, a dar tu tiempo, a ser solidario es decir, si puedes ayudar, ayudas pero de corazón. Y aprendes no solo de los mayores, aprendes de todos tus vecinos de los más grandes, de los más chicos, de los jóvenes, nunca terminas de aprender.
ENTREVISTADOR: ¿Cree usted que es cierto que entre vecinos nos ayudamos?
lunes, 24 de agosto de 2009
viernes, 31 de julio de 2009
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Desayuno comunitario. |
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Calle 7 |
Calle 7 fue el primer lugar donde se impartió el taller de cultivos caseros. Desde un inicio el objetivo estuvo definido: organizarnos entre vecinos. Se convocó personalmente a todos aquellos que viven en esa calle y se dio la primera clase. Eso fue a mediados del 2008.
Días después el taller continuó y la relación entre los que asistían creció. La idea de un huerto comunitario tomó forma lentamente.
La construcción de un primer cajón para cosechar lechugas se puso en marcha.
Terminados los cajones, lo siguiente fue la construcción del invernadero para jitomates.
Mientras sigue el trabajo colectivo, tomamos tiempo para aprender y ver documentales sobre los alimentos transgénicos y las empresas multinacionales que los producen.
Ha sido un año de altibajos, pero vamos por buen camino. Lo que sigue es asegurar una canasta básica de hortalizas por casa y continuar con el huerto comunitario, hasta tener un tianguis de alimentos sanos y a precio justo, dentro de nuestra colonia.
jueves, 30 de julio de 2009
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Cine club La calle |
El cine se proyecta en la canchita de fútbol rápido de Avenida las Torres, todos los sábados a las 8 pm, otro buen espacio para convivir sin alejarnos de nuestras casas y sin gastar dinero. El cine es un espacio común y gratuito. Las películas son variadas, para niños, documentales de acción y de terror. Hay de todo en el cine comunitario.
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Campaña contra la basura. |
Conferencias, y talleres se impartieron. Aquí se puede ver un recuento de la campaña.
La campaña sigue. En Agosto del 2009 se impulsará el "Mes contra la basura", con la proyección de documentales sobre la basura, una conferencia, y un taller de composta.
Los objetivos de esta campaña son reducir los niveles de basura, poner botes de basura en las vías públicas colonia( que hasta ahora no existe ninguno). Y hacer nuestros propios centros de acopio de basura.
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Vecinos calle Camino Real. |
Este taller lo tomamos por las tardes, en un principio eran dos talleres en dos calles distintas, al final se unió en un solo taller. La organización, la convivencia y la generación de confianza entre los vecinos han sido los objetivos y las prácticas constantes.

Por cuestiones de espacio no ha sido posible crear un huerto comunitario entre los que asistimos a este taller, lo que si se ha podido hacer es lograr el apoyo en la construcción de los huertos en cada casa. Los sábados en la hora del taller, es cuando se trabaja en los huertos caseros. Cada sábado en uno distinto. Al final se busca, que cada uno se especialice en un tipo de cultivo y poder intercambiarlo entre nosotros.

miércoles, 29 de julio de 2009
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Talleres para niños |
Este verano impulsamos una actividad que nos era desconocida: talleres para niños de música, de cultivos caseros y de teatro.
Podemos afirmar que fueron un éxito, los niños felices y las mamás que apoyaron estas actividades quedaron igual de satisfechas.
El taller de música fue impartido por dos músicos que dieron principios de interpretación y de sensibilización musical. Escuchar los sonidos y reproducir lo que su creatividad produjera, siempre pensando que nadie debe decir como tocar a un niño, que ellos tienen el poder de hablar y de tocar y de hacerse escuchar, de la forma en la que ellos entienden la música no como alguien quiere que la entienda.
El taller de cultivos caseros mostró la importancia del cuidado de la naturaleza y de sabernos parte de ella, así como aprender lo básico para cultivar hortalizas en las casas.
El taller de teatro buscó generar confianza, seguridad, amistad y cooperación entre los niños que se prepararon para presentar una obra de teatro guiñol. Todos los objetivos se cumplieron y se logró el acercamiento con las mamás que asistieron a ver a sus hijos.
Una buena experiencia que continuará próximamente, los sábados por las mañanas en el Parque de los Fundadores, en Ampliación Tepepan.
martes, 28 de julio de 2009
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Historia A. Tepepan |
Hace unos 4 años aproximadamente, en A. Tepepan, decidimos tomar la vida en nuestras manos. Cuando decimos eso, queremos decir, que vimos que había muchos problemas que resolver en nuestro barrio, y que había soledad, y que había miseria, y que todos íbamos tan en nosotros mismos que no conocíamos al otro, a nuestro vecino. Entonces dijimos bueno, si vemos esto, pues algo hay que hacer, porque no es justo que seamos tantos iguales y que haya algunos que saquen ventaja de sus posiciones, que se aprovechen. Y esas posiciones que nosotros vemos, son las del gobierno, por ejemplo, que se supone que está para resolver los problemas de la colonia, pero sólo se aparece para pintar una barda en elecciones y desaparecer, y sólo promesas, más promesas, pero nada al final pues. Vemos que no hay trabajos dignos, que los salarios son bajos, y hay que trabajar mucho, para que uno gane poco y otro gane más, y como que eso no es tan justo. Entonces dijimos bueno, así está el mundo, entonces, tal vez lo que sucede es que nosotros estamos separados, tal vez de forma contraria estas cosas no sucederían, tal vez podamos organizarnos y decidir sobre nuestras vidas, y así un día dijimos bueno, pues entonces hay que empezar a trabajar en lo más cercano que tenemos, en nuestra colonia, nuestro barrio.
Entonces la gente, la banda nos juntamos( y por banda queremos decir, no sólo jóvenes, sino personas de muchas edades y de muchos oficios) y como dicen que estamos en mundo globalizado, nos dimos cuenta que todos compartimos el mismo espacio y a la vez el mismo tiempo, y que esto de cambiarnos y de cambiar las cosas para que sean distintas y como nosotros creemos, mejores a como son hoy, no es una cuestión de edad.
Pero bueno, nos estamos desviando, deciamos que un día, empezamos en el barrio, a conocernos entre vecinos, y se nos ocurrió hacer un desayuno, un modesto desayuno comunitario, afuera del mercado, y ahí invitamos a los vecinos a ir, especialmente a niños y a personas de la tercera edad, y unos se empezaron a asomar y a otros los invitamos y así fueron llegando, como que no queriendo, como en el amor, como que sí y como que no, pero más bien al final sí y nos fuimos juntando y luego en el mercado nos echaron la mano que para preparar unas aguas, luego en algunos restaurantes nos ayudaron a cocinar, en algunas tiendas nos daban ingredientes, y así fue y ya para no hacerla tan larga, el desayuno y las señoras, y nosotros y todos, ahí seguimos cada sábado, compartiendo y riendo.
Luego, esto fue creciendo como cuando se abre un puesto de tacos y tiene una salsa muy buena y todos van diciendo que ahí se acaba de abrir un puesto de tacos con una salsa muy buena y la gente de oídas va llegando, sólo que nosotros no tenemos ni puesto, ni salsa, lo que sí es que de oídas fueron sabiendo de nosotros, porque también pusimos un cine, bueno nuestro cine es una proyector y una pantalla en una canchita de fútbol rápido, pero nosotros lo hicimos y eso nadie nos lo quita. Entonces empezamos a pasar películas en el cine y primero nos veían como locos que ponen un proyector en una cancha pero igual nos fuimos acercando y nos fueron conociendo, y de ahí, para no hacerla tan larga otra vez, salió una escuela comunitaria, y dimos talleres de herbolaria y medicina natural, es decir, medicina con plantas y hierbas curativas y acupuntura, que es cuando se ponen unos como clavos en el cuerpo, para relajarlo y para curarlo , además de los talleres de computación y de box, y demás. En fin, aprendimos que todos tenemos algo que aprender del otro y además siempre tenemos algo que enseñar. En la escuela había una asamblea, que era el lugar donde todos los que formábamos parte de la escuela decidíamos que hacer con la escuela, que nuevos talleres abrir, que material hacia falta, que objetivos tendría, es decir, no había un director en la escuela, por consecuencia no había uno que decidiera por todos, más bien como todos formábamos parte, pues todos sabíamos que era lo mejor para la escuela, y así se dieron todas las asambleas, para escuchar, hablar y decidir.
Hay que decir que de esa escuela, conocimos a una compañera que daba clases de agricultura, de huertos urbanos pues, y entonces dijimos pues vamos hacer estos talleres, pero ahora en vez de estar en la avenida principal de la colonia, nos vamos a las calles, y así nos fuimos a las calles, la 7 y a otras, la Moctezuma, la Cabalonga; el nombre no es tan importante, por eso dicen que hay que huir a tener el nombre en una calle, porque se olvida la persona y se recuerda al lugar, entonces es mejor hablar de quienes estuvimos y estamos ahí.
Se empezó el taller en una de ellas y nos dimos cuenta que era un buen método, porque nos conocimos y conocimos a más vecinos y entonces en uno de esos talleres de huertos caseros, a alguién se le ocurrió que sería una buena idea, hacer un huerto comunitario, para trabajar juntos, y compartir el esfuerzo de nuestro trabajo juntos, y de paso tener alimentos sanos y no tan caros que salieran de nuestras manos, y que hacemos el huerto, y que lo construimos, y que cosechamos y que nos sentimos felices, y que luego la plaga…y que luego algunos vecinos no íbamos a regar el huerto, y que no cumplíamos y que los jitomates no salieron bien, bueno no todo puede salir perfecto, pero de eso también se aprende, y entonces platicamos, nos pusimos de acuerdo para que estas cosas no sucedieran de nuevo y pudiéramos tener nuestros alimentos, con nuestro esfuerzo y nuestro trabajo, organizados, como vecinos que quieren algo mejor y diferente en sus vidas y así nos dimos cuenta, que esto es un camino, que cuesta trabajo hacerlo, pero que vale la pena seguir recorriendo.
A veces cuando pasan cosas como esas, desesperamos, pero avanzamos y entonces no desesperamos tanto , es como cuando uno va en el metro, y el metro se para, uno sabe que el metro tiene que avanzar, y por mucho que se detenga, en algun momento tiene que caminar y llegar a algún lugar , pero uno siente que no aguanta el calor, y estar apretado entre tanta gente cansa, y más porque hay que llegar a nuestro destino y se hace tarde; y así se siente en el trabajo por acá, como que a veces hacemos paradas, pero sabemos que tenemos que avanzar, sólo que aquí, a veces hace calor, sólo que aquí también estamos entre gente, pero no nos sudamos, ni nos asfixiamos, nos echamos la mano, nos ayudamos, a veces sudamos, pero bueno, es por el trabajo, solo que aquí vamos hacia algun lugar también, pero es un lugar que no conocemos, es un lugar que construimos mientras caminamos, como si en cada estación que avanzáramos, construyeramos las vías para llegar a la siguiente, y la siguiente y la siguiente.
Y otra vez para no cansar, ya casi terminamos. En otro taller no pudimos hacer el huerto, pero pudimos intercambiar lo que cosechamos en nuestras casas. Lechugas, jitomates, rábanos. Y luego en la calle del huerto, nos dimos cuenta que muchos de esa calle no nos conocíamos bien y nos conocimos gracias al taller y al huerto comunitario, luego cuando hubo un problema en la calle, un problema que nos afectaba a todos, (la construcción de una escuela, que pensamos iba traer tráfico y problemas de agua entre otros, no porque no quisiéramos la escuela, no era eso exactamente, sólo queríamos estar seguros de que pudiéramos compartir los espacios) los que nos conocíamos del huerto, ya teníamos algo de trabajo y ya estábamos organizados, y como siempre pasa cuando hay algún problema, llegó gente de la delegación, y nos empezó a decir y nos empezó a chorear, que es lo que había que hacer y cómo se tenía que hacer; y dijimos: bueno, puede ser que este bien que se interese la delegación, pero nosotros somos los que vivimos aquí, y los que conocemos este lugar, entonces nosotros nos reunimos y decidimos que es lo que queremos y si va estar la delegación, va tener que hacer lo que nosotros les decimos, y se van a respetar esas decisiones, porque en realidad también estamos cansados de las mismas cantaletas de siempre y así les dijimos a los demás vecinos, y algunos nos apoyaron y uno dijo: tengo 13 años de vivir aquí y no conocía a los que vivimos en esta calle, entonces pensamos: vamos bien, porque ahora, nos estamos conociendo y vamos resolviendo nuestros problemas, y no es una cuestión de orgullo, es por dignidad, queremos una vida digna y feliz, en la que resolvamos nuestros problemas, y podamos equivocarnos y aprender y mejorar y en la que seamos solidarios, y en la que sepamos que no estamos solos.
Y bueno, así es que vamos, el cine sigue, los talleres siguen, los huertos siguen, el desayuno siguen, y los eventos, ah porque hacemos eventos de música, de teatro, conferencias, pláticas de todo un poco, para aprender más sobre lo que nos rodea, y sobre lo que somos. Todo eso es lo que hacemos y lo que somos.
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Dicen que los puentes unen, pero hay de puentes a puentes: están los puentes del segundo piso, están los puentes peatonales, y están los túneles, que son como puentes alrevés.
En los puentes del segundo piso, uno llega rápido a su destino, sólo que va muy arriba y va muy rápido. Nos explicamos: tan arriba y tan rápido no se puede ver mucho, tan lejos y tan apresuradamente, se puede ver muy poco.
En los túneles, bueno, son oscuros, no se ve nada y uno pasa muy abajo, y no está tan bien estar debajo de algo.
En los puentes peatonales uno pasa junto a más personas, y camina, entonces da más tiempo de ver hacia a los lados, de ver el paisaje, hacia arriba y hacia abajo. Aunque uno pasa al lado, sigue estando arriba, no tan arriba como el segundo piso, pero seguramente algo se escapa de nuestra vista hacia abajo.
Todos los puentes comparten una cosa, sirven para evitar algo, el segundo piso y el túnel para evitar el tráfico, el puente peatonal para evitar morir atropellado.
¿Y si hubiera un puente, al que no tuvieramos que subir, el que caminaríamos, hombro a hombro, a paso lento, para poder ver y vernos, que evitaríamos?
De A. Tepepan para todos los constructores de esta ciudad.
sábado, 25 de julio de 2009
jueves, 2 de julio de 2009
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Monólogos de la Maquila |
Monólogos de la Maquila es una obra representada desde 2006 por Costureras de Sueños, un grupo de Teatro profesional independiente. Aborda el tema de la mujer maquiladora. Cuatro actrices en el escenario nos muestran una lamentable situación laboral compartida por tantas niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas inmersas en esta industria. Además de laborar jornadas extenuantes y obtener un salario insuficiente para cubrir las necesidades básicas, realizan actividades bajo condiciones muchas veces dañinas y/o peligrosas, respirando sustancias o vapores tóxicos y manejando máquinas pesadas; soportando, discriminación, acoso y abuso sexuales. Virtualmente convertidas en “máquinas”, no tienen tiempo para hablar, descansar, ir al baño, enfermarse o cualquier otra cosa que necesite hacer un ser humano, porque a la menor provocación les descuentan el sueldo, las reprenden y/o castigan, sino es que las despiden. Con este “teatro documental” podemos ver la realidad de la maquila pero sobre todo podemos sentirla y dolernos de ella, llegar a compartir la frustración, la tristeza, el agotamiento, el miedo y el odio tan grandes que resultan de vivir bajo esta explotación. La puesta en escena nos hace pensar, reflexionar, sentir coraje, rabia, etc., lo que todo ser humano sensible debe experimentar ante algo tan atroz, pero lo más importante es que nos logra transmitir y contagiar las ganas que tienen estas mujeres de vivir dignamente, de ser felices y, por ello, de cambiar las cosas, porque tienen deseos y sueños que cumplir, aspiraciones y metas que lograr, porque son madres, hijas, hermanas, esposas, pero ante todo mujeres, que luchan día a día por un mundo mejor, para ellas y sus seres queridos.
El domingo 28 de junio al medio día, en La Canchita de av. de las Torres, se presentó Monólogos de la Maquila. Si quieres saber más de la obra puedes buscar en internet esta dirección: http://www.monlogosdelamaquilaunahistoriaazul.blogspot.com/
miércoles, 1 de julio de 2009
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Compras comunitarias |
Pensamos que es importante hacer frente a las constantes subidas de precios en alimentos básicos mediante la organización vecinal.
Primero nos reunimos para discutir sobre que productos son los de mayor prioridad, saber cuánto se debe aportar, para después ver quién puede ir hacer a la compra y buscar lugares donde se pueda hacer.
Además de ayudar a nuestra economía, pensamos en la importancia de comprar directamente a los productores para así evitar el comercio manejado por intermediarios, que abaratan los precios en perjuicio del agricultor o productor.
La primera compra y entrega ya fue realizada.