viernes, 7 de noviembre de 2008

Día de muertos.



Una vida tan larga, como para morir muchas veces.

¿Cuantas veces debemos morir?

Eslogans publicitarios de superación personal: renovarse o morir

Cada muerte es una renovación

Hay que matarse muchas veces para ser otro. Sólo los que mueren pueden sobrevivir

Somos muchas , muchas actitudes, muchas formas, todo dentro de una persona.

Algunas seguirán ahí como terminales esperando el día definitivo. Otras decapitadas caerán de un solo golpe.

Hay que elegir que debe morir adentro. Que actitudes, formas, vicios.

Mediocridades constantes seguidas de apatías voluminosas.

Egolatrías terminales de una vida mal actuada.

Una vida sin muerte no tiene ningún sentido.

RIP. Para todos nosotros un primero de noviembre.

Decidimos morir otra vez en la ofrenda de muertos, en la obra de teatro, en el convivio final.

Cargamos nuestro féretro con visiones del otro mundo. Un mundo no del más allá, sino más bien más acá. Un mundo dentro de este, es decir, transformado, es decir, nuevo, es decir, mejor. Aunque mejor suena muy simple, más bien poético. Poesía de felicidad para llevar.

Y ahí estamos con nuestra poesía que salta a la muerte.

Momento de la obra. Somos espectadores de la peor muerte. Muerte-Ciudad Juárez.

Tercera llamada. Tercera.

Ahora se escucha:

¿Cuantas muertes son muchas?

Rostros agachados, en medio de gritos constantes. Miradas desviadas. Difícil es ver directamente en la primera escena, palabras desesperadas de mujeres muertas. Otro tipo de muerte: una muerte no pedida, muerte crudelísima, en la frontera de muchas cosas. Ciudad Juárez, esa maquiladora gigante de muerte impune.

Relatos de familias, de víctimas, madres que viven en la frontera de la vida,

Y ahí estamos. Escuchamos. Sentimos. Sufrimos.

En medio de las cambios de muertes continuas.

Y ahí estamos. Con miedo.

Una joven. Una madre. Una niña.

Y ahí estamos. Nos identificamos.

¿Cuantas muertes son muchas?

Los pequeños espectadores pasajeros, pasan disfrazados de actores de películas del "Santo"

Pequeños hombres lobo, que se esconden de la niña novia, de cara blanca, que se sostiene de un poste, que observa la obra.

Niñas vampiro de tenis converse, que sostienen una calabaza de plástico, llena, medio llena , tal vez vacía, la que debiera tener más dulces.

Capas que persiguen a otras capas.

Que también se detienen a ver y a preguntar. Acompañantes en nuestra elegía.

Tradiciones encontradas. Pedimos la calavera el día de muertos disfrazados de Haloween. Otro tipo de muerte. Muerte-Renovación

Y aquí estamos. Los de abajo...¿los de abajo? ¿quién nos dio esa posición?

Somos los libres, los que han perdido un país pero han ganado un sueño, los generadores de lecturas, intérpretes mágicos de un mundo caótico. Esta noche, de muchas noches más, no somos los de abajo.

¿Desde cuando quieren que seamos los de abajo? Abajo. Bajo tierra. Lo que ya no está. Lo que matamos. Muerto.

Abajo y a la izquierda.

Arriba y adelante.

Posiciones irrelevantes.

Vivo o muerto

mejor

¿Cuantas muertes son muchas?

Tenemos una vida larga, perfecta para fallecimientos continuos,

Y "dilatar la vida de los hombres era multiplicar el número de sus muertes"

Esa noche todos morimos.

Cadáveres repletos de deseos verdes.

Morimos de nuevo.

Morimos para sobrevivir.

1 comentario:

Unknown dijo...

me gusto todo, la manera de espresar la muerte en vida